- M. en C. Edgar E. Becerril García
Tiburones

México tiene un lugar privilegiado en cuanto a la biodiversidad terrestre y marina que habita en su territorio. En el caso de la costa del Pacífico, Golfo de California, Golfo de México y Mar Caribe, es posible encontrar una gran riqueza de especies, la cual, abarca desde invertebrados, peces óseos y cartilaginosos, reptiles, aves, y mamíferos marinos tan grandes como la ballena azul, o tan pequeños, como la vaquita marina.
El aspecto de la biodiversidad no es ajeno a los peces cartilaginosos que nadan en aguas mexicanas. Este grupo, también conocido como “condrictios”, recibe su nombre debido a que todos sus miembros presentan un esqueleto formado exclusivamente de cartílago, a diferencia de otros peces como los atunes, meros, sardinas, etc, que cuentan con un esqueleto de hueso. Los condrictios entonces, abarcan al grupo de los tiburones, las rayas, y las quimeras.

Al hablar de tiburones, es posible afirmar que en México existen más de 100 especies, si se contemplan ambos litorales. Esto representa poco más de una quinta parte de la riqueza de tiburones a nivel mundial; y a pesar, de que existe una gran cantidad de formas y tamaños de tiburones, en México se cuenta con representantes de todos los tipos. Si tuviéramos la oportunidad de bucear en lugares como Isla Guadalupe, Cabo Pulmo, Revillagigedo, Campeche, o el Caribe, podríamos encontrar especies icónicas como el tiburón blanco (Carcharodon carcharias), el tiburón ballena (Rhincodon typus), el tiburón azul (Prionace glauca), el tiburón piloto (Carcharhinus falciformis), los tiburones toros (Carcharhinus leucas), o los cazones del género Rhizoprionodon. No obstante, también podríamos observar al raro tiburón sacabocados (Isistius brasiliensis) que ataca a los tiburones blancos, al tiburón inflado (Cephaloscyllium ventriosum) que traga agua para evitar ser comido por otros tiburones, o el pequeño tiburón renacuajo (Cephalurus cephalus) que alcanza una talla máxima de 30 cm.
Esta gama de colores, formas y tamaños es resultado de un proceso evolutivo tan largo en la historia de los vertebrados que abarca un periodo mayor a los 400 millones de años. En este periodo, los tiburones han logrado sobrevivir a cinco eventos de extinción masiva que han ocurrido en la Tierra. Sin embargo, en años recientes se han enfrentado a situaciones desafortunadas como la sobrepesca y la pesca ilegal, que ocurre principalmente en algunos países donde estas técnicas son más frecuentes y las leyes, más flexibles.

En aguas mexicanas, las autoridades han implementado periodos de veda que permiten la recuperación de algunas especies de tiburones, por lo que existe interés para su conservación. Esto, debido al gran valor ecológico, cultural, turístico y gastronómico con el que cuentan estas especies. No obstante, el trabajo para su conservación a partir de un manejo sostenible aún tiene tareas pendientes, pues el proceso necesita del motor de la ciencia para la toma de decisiones sustentada en la razón.
Como mexicanos o extranjeros, la tarea para la preservación consiste en el conocimiento de nuestros recursos. Leer sobre las especies, mirarlas o nadar con ellas, es un buen inicio para conocerlos y apreciarlos; pues, a partir de entonces, seremos capaces de encontrar un equilibrio entre nuestra responsabilidad, el aprovechamiento y el respeto a nuestro ambiente. En donde, afortunada o desafortunadamente, nos encontramos y tomamos parte, todas las especies.